El partido de esta mañana de sábado contra Villa de Algete se podría definir como un choque de dos caras. Un ying y yang con moraleja feliz.
Por desgracia, la cruz de la moneda nos llegó en la primera mitad. Dos primeros cuartos donde nos vimos sobrepasados. Falta de frescura, de esfuerzo a nivel defensivo y de claridad en la parcela ofensiva que nos condenó demasiado rápido. Un sin fin de contraataques rivales (fruto de ese mal esfuerzo en el balance defensivo), buen movimiento de balón colectivo y actitud excelente de los contrarios, a quienes felicitamos por su victoria.
Tras un periodo de reflexión en el tiempo de descanso, nuestro equipo cambió la cara. Mérito de los jugadores, que asumieron sus errores con naturalidad y fueron capaces de subir el nivel de concentración de manera exponencial.
Un trabajo defensivo excelente, coral y con la dureza necesaria para igualar el listón competitivo en los últimos 20 minutos. El esfuerzo defensivo de todos los jugadores (conviene recalcarlo) nos permitió mejorar nuestras prestaciones ofensivas. El resultado: derrota ajustada en el parcial del tercer cuarto y victoria en el parcial del último.
Todos tuvieron una participación y compromiso encomiable que nos enseña una gran lección: nuestra identidad y línea de trabajo pasa por la disciplina en defensa. Hoy, lo logramos durante 20 minutos. Debemos seguir trabajando para que sea durante los 40.
Jorge Caballero Sánchez
